En este ensayo documental conocemos las historias de Miguel, un niño de 13 años, y de Rogelio, de 66, dos hombres en etapas opuestas de sus vidas. Miguel aún tiene la ilusión de cumplir sus sueños de estudiar robótica y Rogelio ya renunció a sus sueños de ser pintor. Las necesidades económicas de ambos los llevaron a trabajar como botargas en una de las calles más concurridas del centro de la Ciudad de México, donde materializan las fantasías de los niños que transitan frente a ellos.